La pandemia del siglo XXI: el sedentarismo

Las prisas, los problemas, el estrés del día a día, hacen que inconscientemente busquemos la comodidad, el descanso. Sin darnos cuenta, cada vez llevamos un estilo de vida menos activo, lo que repercute negativamente en nuestra salud y envejecimiento.

En el anterior post, Marina comentaba cómo durante el ejercicio o una actividad de la vida diaria puede llevar a la patología si realizamos movimientos fuera de la zona neutra. En el artículo de hoy quiero centrarme en la “pandemia” del siglo XXI, el sedentarismo.

Para entender por qué la inactividad física o el sedentarismo nos enferma tenemos que trasladarnos al pasado. En el origen del ser humano la vida consistía principalmente en llegar a la edad reproductiva, reproducirnos y mientras tanto, movernos para buscar comida y agua y enfrentarnos a desafíos ambientales.

Nuestro sistema se ha configurado en este entorno, sabe enfrentarse muy bien a desafíos de carácter agudo y de corta duración (pasar hambre o sed, pasar frío o calor, enfrentarse a un depredador...), que provocan una señalización monometabólica de nuestros sistemas corporales.

En la vida moderna estos desafíos han desaparecido. En la actualidad nos enfrentamos a otros muy distintos, que se ha visto que producen una señalización multimetabólica de carácter crónico para la cual nuestros sistemas carecen de una respuesta eficaz (exceso de comida, aire acondicionado o calefacción que impiden la termorregulación, estrés crónico como puede ser tener que pagar la hipoteca todos los meses...). Estos factores mantienen dichos sistemas activados de manera crónica impidiendo su vuelta al estado basal provocando LOW GRADE INFLAMMATION (inflamación de bajo grado).

Hay que entender que, evolutivamente, venimos de un entorno que para solventar los desafíos a lo que nos teníamos que enfrentar debíamos MOVERNOS pero, en la actualidad, la sociedad o no cumple con la actividad física mínima recomendada por semana, o sí la cumple pero el resto del tiempo tiene un comportamiento sedentario que no compensa sus efectos negativos.

Estos efectos no se dan solo en el sistema musculoesquelético (pérdida de masa muscular, aumento de lesiones musculares, perdida de densidad ósea…), sino que afecta a todos nuestros sistemas corporales generando, a largo plazo, múltiples patologías (obesidad, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, diabetes tipo II, problemas circulatorios…)

En la mayoría de las ocasiones es nuestro trabajo el que nos obliga a estar en esta situación de inactividad, por eso, para evitar los efectos negativos de la inactividad os quiero hablar de los SITTING BREAKS, que consiste en “romper” el tiempo de sedestación, aproximadamente cada cuarenta minutos, con ejercicios y/o estiramientos. En estos vídeos te enseñamos varios ejemplos de cómo hacerlo:

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