COMPLEJO ARTICULAR DEL HOMBRO (Parte I)

El hombro es más complejo de lo que parece a simple vista. 

Lo primero que hay que saber es que la articulación del hombro no es estable. Su articulación principal (la articulación que une el húmero y la escápula) va a ser la gleno-humeral. Sin embargo,  si vemos su anatomía, la cabeza del húmero es más grande que la cavidad de la glenoides (parte de la escápula donde se articula). Solamente un tercio de la cabeza humeral se articula con la glenoides. Esto hace que la articulación sea muy poco congruente y como consecuencia inestable. Por otra parte, también hace que sea la articulación más móvil de todo el cuerpo. 

 

Para compensar esta inestabilidad y que podamos mover el hombro sin miedo a que se luxe constantemente, tenemos una estructura estabilizadora llamada labrum. 

El labrum es una estructura fibrocartilaginosa que rodea a la cavidad glenoidea aportando mayor profundidad a esta y como consecuencia mayor estabilidad y congruencia articular a la articulación gleno-humeral. A esta estructura también le ayuda toda la musculatura que se encuentra rodeando el complejo del hombro y que se inserta en el labrum.

Los músculos más importantes a tener en cuenta en el complejo del hombro serán los siguientes, los cuales se combinan entre sí para realizar una acción concreta: 

  • Deltoides anterior → Flexión
  • Supraespinoso y deltoides medio → Abducción
  • Subescapular, pectoral mayor y dorsal ancho → Rotación interna
  • Infraespinoso y redondo menor → Rotación externa

De manera especial debemos nombrar a las patologías del manguito rotador ya que constituyen entre un 40-65% de las patologías del hombro. Este es un conjunto de músculos de la región del hombro y lo componen el supraespinoso, el infraespinoso, el subescapular y el redondo menor. Aunque cada uno de ellos tiene acciones individuales específicas, como conjunto estabilizan la cabeza del húmero en los movimientos del hombro. 

Cuando existe una lesión en esta región es frecuente encontrar limitación de la movilidad del hombro (especialmente en los 4 movimientos descritos previamente), disminución de la fuerza del hombro y de la musculatura escapular y otro tipo de alteraciones como pueden ser el aumento del tono en la musculatura cervical y menor movilidad de la región dorsal, principalmente a la extensión y rotación.

A menudo escuchamos lesiones concretas de uno de los músculos o sus tendones del manguito rotador, sin embargo deberíamos considerar este grupo muscular en su conjunto debido a la inserción común que tienen y la acción conjunta que realizan. De igual forma sería conveniente también valorar y tratar si fuese necesario la región cervical y dorsal. No obstante, cada caso es diferente y debería ser evaluado de manera individual.

En un primer momento sería conveniente la evaluación fisioterápica para, mediante diferentes tests, observar y adecuar el tratamiento a seguir para cada paciente. Una vez evaluado el profesional será quien paute el tratamiento pero siempre buscando la movilidad activa por parte del paciente y que éste vuelva a realizar las actividades cotidianas sin dolor alguno.

La mejor forma de abordar este tipo de patologías suele ser empezar por un tratamiento de terapia manual sobre la musculatura implicada para después pasar a trabajar de forma activa. Este ejercicio tiene que ser realizado de forma controlada y debe estar individualizado para cada paciente, el cual participará durante su proceso de recuperación.

Como concepto general, en un primer momento trabajaremos buscando la estabilización de la articulación para, en un segundo momento, buscar ejercicios de fortalecimiento. Por lo general, los ejercicios que buscamos en este punto son ejercicios de apertura de la cadena anterior (estiramiento de pectorales, apertura costal, etc.) y trabajo de fortalecimiento tanto de la musculatura posterior de la espalda (musculatura interescapular, dorsal ancho, etc.) como del manguito de los rotadores. 

 Para finalizar y como se suele decir.. Una imagen vale más que mil palabras. Cuando hablamos de hombro, en nuestra cabeza aparece la siguiente imagen. Como vemos, hay mucho más allá de lo que podemos pensar en un primer momento al hablar de esta región corporal. 

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