La importancia de la articulación del tobillo.

Definición: El pie es la parte más distal de las extremidades inferiores. Se articula con la pierna gracias al tobillo.

Función: Permite la bipedestación y la marcha erguida. Soportan el peso del cuerpo y es la única parte del cuerpo en contacto directo con el suelo al caminar o realizar otros movimientos. Actúan como amortiguadores, nos permiten mantener el equilibrio en superficies desiguales y nos proporcionan la propulsión, elasticidad y flexibilidad necesarias para caminar, correr o saltar.

Anatomía: Está compuesto por 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, ligamentos y tendones.

Está compuesto por la articulación subastragalina (compuesta del astrágalo y calcáneo), articulación mediotarsiana (compuesta del cuboides y escafoides), complejo articular del retropié (sirve para adaptar la orientación y la forma de la totalidad de la bóveda plantar), articulación escafocuneales, intercuneales y tarsometatarsiana (realizan movimientos de deslizamientos y de apertura de escasa amplitud).

Los dedos del pie pueden realizar un movimiento de  extensión que supera en ángulo a la flexión de los mismos, también pueden realizar movimientos de lateralidad. La movilización del pie y del retropié se realiza gracias a los músculos flexores y extensores del tobillo. Dos de los cuatro flexores del tobillo se insertan en el tarso o metatarso. Los músculos extensores del tobillo pasan por detrás de la pierna. Los  movimientos de abducción y pronación se realizan gracias a los peroneos. Los movimientos de aducción y supinación se realizan gracias a los tibiales y en menor medida el extensor del dedo gordo.

Según el  plano transversal se realiza una aducción (punta del pie hacia dentro y se dirige hacia el plano de simetría del cuerpo) y una abducción (punta del pie hacia fuera y se aleja del plano de simetría del cuerpo). Según el eje frontal el pie gira hacia dentro, en analogía con el miembro superior definido como supinación y hacia fuera, denominado pronación. Según el plano sagital el pie realiza una flexión y extensión.

En Pilates tenemos que trabajar el pie al igual que el resto del cuerpo, muchos ejercicios requieren de una postura necesaria del pie para poder realizar determinados movimientos o posturas, implicando que el pie necesita estar fuerte y flexible para soportar la carga de todo nuestro cuerpo. Si  tenemos un pie sano y bien alineado, podrá realizar de manera más eficaz el movimiento de la marcha y la pisada, garantizando la distribución de cargas más eficientes. El aumento de la movilidad articular del pie y tobillo, permite mejorar la fuerza de la musculatura de los mismos. Su trabajo nos ayudará a evitar lesiones, previniendo  las fascitis plantares, esguinces, entre otras lesiones.

El equilibrio es fundamental y requiere de una posición contra la fuerza de gravedad, puede ser estático (mantener el cuerpo erguido y estable sin movimiento), dinámico (mantener cuerpo erguido y estable en acciones que incluyen desplazamiento o movimiento) y el centro de gravedad. En Pilates se trabaja el equilibrio de distintas formas, siendo una de ellas a través de la fuerza y estabilidad en los pies.

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